martes, septiembre 20, 2005

La Teología del Cuerpo de Juan Pablo II comentada por Christopher West

Discutiendo los asuntos morales actuales, recientemente un cardenal europeo provocó asombro diciendo que la contracepción "está al final de la lista" en orden de importancia. Contraste esto con la aseveración de el Cardenal Wojtyla en el décimo aniversario de Humanae Vitae, que el asunto de la contracepción "es una lucha por el valor y el significado de la humanidad misma" (Lateranum 44, 1978). ¿Qué quería decir? Continúe leyendo...

Como joven sacerdote y luego como cardenal, Karol Wojtyla se dedicó a reflexionar sobre el misterio del amor conyugal. El fue bendecido con un don de pensamiento admirable. Sin saber que, pocos meses después de declarar la aseveración anterior, el llevaría esos dones al mundo como el Papa Juan Pablo II. Veintiún años más tarde, cerca de dos terceras partes de lo que la Iglesia ha expresado oficialmente acerca del matrimonio y la sexualidad proviene de su pontificado.

Juan Pablo dedicó las audiencias de los miércoles, entre septiembre de 1979 y noviembre de 1984, a presentar una exégesis bíblica profunda del misterio del matrimonio y la sexualidad. Es esta serie de audiencias la que se conoce colectivamente como "la teología del cuerpo". Fue una inspiración proveniente de la aseveración hecha por Pablo VI en la encíclica Humanae Vitae, de que el problema de la regulación de los nacimientos debe ser considerada a la luz de "una visión integral del hombre" (cf. n. 7). La catequesis de Juan Pablo sobre el cuerpo ofrece esa "visión integral del hombre", o lo que el llama una "antropología adecuada". Sus pensamientos ofrecen un contexto completamente nuevo para entender la enseñanza de Humanae Vitae y demuestra que lejos de estar "al final de la lista", este asunto es de crucial importancia.

Una nueva síntesis del Evangelio
¿Cuántas veces han encontrado resistencia cuando tratan de presentar las buenas nuevas de la enseñanza de la Iglesia a otros, con expresiones tales como: "Eso es muy abstracto", o "La Iglesia no está ‘en contacto’ con la experiencia real de la vida?" Quizás aún sin saberlo, muchos de nosotros hemos heredado un modo de explicar la fe que tiene sus raíces en las formulaciones objetivas de principio de Tomas de Aquino.

Sin embargo, como la mentalidad moderna es muy subjetiva y experimental, las formulaciones tradicionales de la fe son típicamente vistas como abstracciones que tienen muy poco que ver con la experiencia propia de la persona.
Hay un daño inherente en la mentalidad moderna que apela la experiencia como único juez de la realidad. Esto lo vemos en el relativismo moral rampante de hoy día. Sin embargo, este "volver al tema" no es del todo malo. Podemos aprende mucho acerca de quién es el hombre como persona, examinando la experiencia humana auténtica. Esto es precisamente lo que Juan Pablo II hace en su teología del cuerpo. Este enfoque filosófico para entender al hombre (fenomenología) le permite penetrar el misterio de la persona humana con una claridad y precisión sin precedentes. Nos ayuda a comprender los movimientos de nuestro ser más íntimo.

El resultado es una nueva síntesis del Evangelio al cual la mente moderna puede referirse. La persona honesta no puede sino reconocer su propio corazón que ha sido revelado. Simplemente llama la verdad. "Puedo identificarme con esto," el responde. "Esta es la manera en que experimento la vida."

Esta nueva síntesis "personalista" no es de ninguna forma una desviación del patrimonio de la Iglesia, sino más bien un auténtico desarrollo de la misma. Esta casa las visiones objetivas y subjetivas del mundo para una "visión integral del hombre". Para unir ambas, Juan Pablo evita la abstracción y el subjetivismo, y nos da un nuevo lenguaje con el cual expresar la fe - un nuevo lenguaje para una nueva evangelización.

Como señalan los sacerdotes Hogan y Le Voir en su libro Covenant of Love (Alianza de Amor), la unión entre estas dos visiones del mundo es el hecho de que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. "Esto es una verdad objetiva la cual es al mismo tiempo central a la experiencia humana" (p. 33). Entonces, entendiendo nuestra propia experiencia - subjetiva como es - entendemos algo de Dios porque somos imagen de Dios. Es en Dios que encontramos la verdad final sobre nosotros mismos.

El vínculo en este movimiento del hombre a Dios y de Dios al hombre es, por supuesto, el . Jesucristo "en la revelación misma del misterio del Padre y de su amor, pone de manifiesto plenamente al hombre y le descubre la sublimidad de su vocación" (Gaudium et Spes n.22). La catequesis completa de Juan Pablo sobre el cuerpo podría simplemente ser considerada un comentario de este pasaje de Vaticano II.

El Contenido de la Teología del Cuerpo
La teología del cuerpo consiste de un análisis investigativo de textos bíblicos que revelan el misterio del cuerpo, la sexualidad y el matrimonio en tres niveles críticos de la experiencia humana: como el hombre los experimentó "en el principio" antes del pecado (Hombre Original); como el hombre los experimenta en la historia humana afectada por el pecado, pero redimido en Cristo (Hombre Histórico); y como un hombre los experimenta en la resurrección del cuerpo (Hombre Escatológico). Esto conforma su "antropología adecuada". El continua su catequesis analizando los pasajes de las escrituras que revelan el significado del celibato cristiano y el matrimonio cristiano a la luz de "la visión integral del hombre". El concluye entonces con una reflexión de Humanae Vitae demostrando que la doctrina contenida en este documento...esta orgánicamente relacionada a ...la pregunta bíblica completa de la teología del cuerpo" (Audiencia General 28/11/84).

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De acuerdo con Juan Pablo, al reflexionar en estos tres niveles de "experimentar" el cuerpo, la sexualidad y el matrimonio, descubrimos la misma estructura y profunda realidad de la identidad humana- encontramos nuestro lugar en el cosmos y hasta penetramos el misterio del Dios Trinitario. ¿Cómo puede esto ser así a través de la contemplación del cuerpo, el sexo y el matrimonio? Como nos enseña Juan Pablo, la pregunta sobre sexualidad y matrimonio no es un asunto periférico. De hecho, el dice que la llamada al "amor nupcial" inscrita en nuestros cuerpos es "el elemento fundamental de la existencia humana en el mundo" (Audiencia General 16/1/80). A la luz de Efesios 5, hasta dice que la verdad final acerca del "gran misterio" del matrimonio "es en cierto sentido el tema central de toda la revelación, su realidad central" (Audiencia General 8/9/82).

Todo esto que Dios nos quiere decir en la tierra acerca de quien es el, el significado de la vida, la razón para crearnos, como vivir, así como también nuestro último destino, está contenido de algún modo en el significado del cuerpo humano y el llamado al varón y la mujer a ser "un cuerpo" en el matrimonio. ¿Cómo? Dirigiéndose siempre a las escrituras, el Santo Padre nos recuerda que el misterio cristiano en si mismo es un misterio sobre el matrimonio- el matrimonio entre Cristo y su Iglesia. Sí, el plan de Dios por toda la eternidad es envolvernos en la comunión más cercana con el mismo - "casarse con nosotros". Jesús tomo un cuerpo para que nosotros pudiéramos ser "un cuerpo" con El (lo que hacemos en la eucaristía).

Este plan eterno de Dios está inscrito en (y revelado a través de) nuestros mismo ser como varón y mujer y nuestro llamado a ser "un cuerpo" en el matrimonio. Como dice San Pablo, citando el Génesis, "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es este, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia." (Ef 5:31,32).

Según continúan estas series de artículos sobre la teología del cuerpo de Juan Pablo, veremos que Dios ha creado la unión de "una carne", de un hombre y una mujer para ser la revelación fundamental en el mundo creado de su propio misterio divino - el misterio de su Vida y su Amor, y su plan para que nosotros compartamos en esta Vida y Amor a través de Cristo. ¿Y algunos alegan que el Papa no está a favor del sexo...?

Generalmente consideramos el cuerpo humano como algo "terrenal". Es por eso que puede parecer extraño, que el Papa hable de teología (la ciencia que trata sobre Dios) para hablar del cuerpo. Sin embargo, uno de los puntos más importantes en el cristianismo es la asombrosa creencia en que Dios se hizo una persona, la Encarnación. Cuando Dios se reveló al mundo, lo hizo a través del cuerpo humano. Así que no debe sorprendernos que el Papa Juan Pablo II se refiera al estudio del cuerpo como una teología. Como él lo dice: "Por el hecho de que la Palabra de Dios se hizo carne, el cuerpo entra en la teología por la puerta principal" (Audiencia General 2/4/80).

El Santo Padre nos reta a ver que el cuerpo humano se comunica de una forma única. El cuerpo proclama y hace presente el plan eterno y el misterio de Dios. "El cuerpo, de hecho, y sólo este, es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino," dice el Papa (Audiencia General 20/2/80). En otras palabras, no podemos ver las cosas espirituales con nuestros ojos, estas son invisibles por naturaleza. Pero a través del cuerpo se hacen visibles. El cuerpo revela la naturaleza espiritual de cada persona (lo que ocurre dentro de ella), pero no se limita a la parte humana. También debemos recordar que nosotros como personas con cuerpo (los ángeles son personas, pero no tienen cuerpo), estamos hechos a la imagen de Dios invisible. Juan Pablo II dice, "[el cuerpo] fue creado para transferir en la realidad visible del mundo el misterio invisible escondido en Dios desde tiempo inmemorial, y así siendo un signo de esto" (Audiencia General 20/2/80).

Esta sorprendente declaración nos lleva al punto más importante de la antropología de Juan Pablo (su comprensión del hombre). En resumen: El cuerpo no sólo representa la parte espiritual de cada ser; ¡El cuerpo humano revela el misterio de Dios!

Pero, ¿qué aspecto del cuerpo nos permite entenderlo de este modo? La respuesta es la sexualidad. En este extraordinario desarrollo del pensamiento Católico, Juan Pablo II nos lleva mas allá de las ideas tradicionales de lo que significa ser una persona humana hecha a la imagen y semejanza de Dios. Los filósofos de la Edad Media desarrollaron sus ideas sobre las Personas de la Trinidad y la relación entre ellas, pero no las aplicaron a su definición de la persona humana. Esta es la gran aportación hace Juan Pablo II. Para él, si Dios es una Comunión de Personas que dan vida, "el hombre fue hecho ‘imagen y semejanza de Dios’ no sólo en su propia humanidad, sino también mediante la comunión de personas que el hombre y la mujer formaron desde el principio" (Audiencia General 11/14/79).

La "comunión de personas" (en latín, communio personarum) es un concepto clave para Juan Pablo II. El abrazo matrimonial no es meramente la unión de los cuerpos, es una comunión de personas que sólo es posible a través del cuerpo. ¡Esta comunión de personas en "una sola carne" es un icono (representación de lo que ocurre) de la vida íntima de la Trinidad! Esta es una verdad hermosa y profunda, pero debemos ser cuidadosos de no mal interpretar lo antes dicho.

El hecho de que la comunión masculina y femenina revela algo del misterio de la Comunión de la Trinidad no significa que Dios sea sexual. Dios no está hecho a la imagen del hombre como masculino y femenino; es el hombre quien está hecho a la imagen de Dios.

Todas estas afirmaciones decimos que son verdades objetivas acerca de la persona humana porque ellas pueden encontrarse en el primer relato del Génesis. Estas verdades se confirman y se ven con mayor profundidad en las experiencia subjetivas (lo que les pasa a cada uno) de Adán y Eva en el segundo relato de la creación. (Aquí empezamos a ver como, magistralmente Juan Pablo II une una visión del mundo objetiva y otra subjetiva para lograr "una visión integral del hombre", según se discutió en la parte I de esta serie).

"En el Principio"
Cuando los fariseos preguntaron a Jesús sobre el divorcio, él les señaló la unidad perfecta del hombre y la mujer en "el principio". "¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, los hizo varón y hembra, y que dijo: ‘los dos se harán una sola carne’? Pues bien, lo que Dios unió no lo separa el hombre" (Mt 19:4-6) . Es por las palabras de Cristo que Juan Pablo II atrae nuestra atención hacia el Libro del Génesis.

La intención de Dios cuando creó al hombre original (creado en el principio, antes del pecado) es la misma que debemos usar para el matrimonio. Pero para comprenderlo, nosotros, como hombre histórico (manchado por el pecado), debemos seguir el profundo "eco" de nuestro corazón en nuestra "prehistoria". Aquí, en un mundo sin mancha de pecado (un mundo difícil de imaginar), descubrimos las experiencias de la soledad original, la unidad original y la desnudez original.

Luego de dar nombre a todos los animales, el hombre se dio cuenta que estaba solo en el mundo, no "encontró una ayuda adecuada" (Gen 2:20). Esta es la experiencia de la soledad original que vivimos los seres humanos. Sentimos que estamos solos en el mundo visible de la creación. Mas aún, experimentamos un anhelo de vivir en comunión con otras personas, de amar y ser amados. Experimentamos que somos diferentes de "los animales" (la palabra que resume esta diferencia es persona).

Al ser persona [Adam] estaba consciente de su "yo", era libre para determinar sus propias acciones; sólo él (entre todas las creaturas) estaba llamado a amar. Porque el ser humano, precisamente como varón y hembra, está hecho a la imagen y semejanza de Dios "que es amor" (Gen 1:27, 1 Jn 4:8). Por esto, el Amor es el origen del hombre, su vocación y su fin.

Esta es la razón por la cual "no es bueno que el hombre esté solo" (Gen 2:18) - no tiene a quien amar. Así que para crearle una "ayuda adecuada", el Señor provocó que el hombre cayera en un profundo sueño (también puede traducirse como ‘éxtasis’(lleno de alegría y admiración) porque ¡descubrir a alguien a quien amar nos llena de extasis! Luego tomando una "costilla" de su costado, El formó la mujer. Juan Pablo II señala en una nota al pie de la página, que la palabra "costilla" en el lenguaje bíblico original se escribe igual que la palabra "vida" (Audiencia General 11/7/79). De un modo poético el texto bíblico está indicando que la mujer surge de la misma vida que el hombre. En otras palabras, ella también es persona.

Como explica el Papa, "no hay duda de que el hombre cayó en ese "sueño" con el deseo de encontrar un ser como él. De este modo el círculo de soledad del hombre-persona, se rompe, porque el primer hombre despierta de su [éxtasis] como ‘varón y mujer’" (Audiencia General 11/7/79). Inmediatamente el hombre exclamó: "Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne"(Gen. 2:23). Es decir, "Finalmente, una persona con la que puedo compartir el regalo de la vida. ¡Finalmente una persona a quien puedo amar!".

Es por esta razón (porque ambos son personas creadas una para la otra) que "el hombre dejará a su padre y a su madre y se une a su mujer y se hacen una sola carne" (Gen 2:24). Esta es la experiencia de la unidad original: ellos descubren que están solos, así confirman que son únicos como personas y diferentes del mundo visible de las criaturas y al mismo tiempo logran romper su soledad (ya que encuentran a otra persona a quien amar).

El Significado Nupcial del Cuerpo
Lo que el hombre y la mujer tienen en común es revelado a través del cuerpo- "carne de mi carne". También el cuerpo revela sus diferencias complementarias. Fue a través de esa desnudez original que ellos supieron que habían sido creados para amarse mutuamente. La desnudez reveló que: "Podemos darnos nosotros mismos (incluyendo nuestros cuerpos) mutuamente y vivir en una vida de entrega ...una comunión de personas" (por ejemplo: el matrimonio). Este fue el único deseo que su cuerpo provocó en sus corazones -un deseo de amar como Dios ama. De ahí que "ambos estaban desnudos y no sintieron vergüenza" (Gen 2:25).

La desnudez original nos habla de "el significado nupcial del cuerpo", otro tema importante en la catequesis del Papa. El significado nupcial del cuerpo es "la capacidad del [cuerpo] para expresar amor: precisamente ese amor donde la persona se entrega como algo valioso y - de esta forma - cumple el verdadero significado de su ser (descubre realmente quién es) y su existencia (descubre su razón de vivir)" (Audiencia General 16/1/80).

Hagamos un alto para asimilar lo que el Papa esta diciendo aquí. Cuando vivimos nuestra sexualidad de acuerdo a la verdad, descubrimos y cumplimos la razón de nuestra existencia (Para aquellos que están buscando el significado de la vida. ¡Pues bien, aquí esta!). Esto es así porque según nos enseñó el Concilio Vaticano II, el hombre "no puede encontrarse plenamente a sí mismo sino por la sinceramente entrega de sí mismo a los demás" (Gaudium et Spes n. 24). Es precisamente en y a través de nuestros cuerpos, y mediante nuestra sexualidad, que nos damos cuenta de nuestro llamado a darnos a sí mismos. De este modo, Juan Pablo II puede decir, "estamos convencidos del hecho de que el conocimiento del significado [nupcial] del cuerpo ... es el elemento fundamental de la existencia en el mundo" (Audiencia General 16/1/80).

De nuevo, tenemos que pausar para internalizar esto. Nuestro Santo Padre está diciendo que la verdad de nuestra sexualidad es el elemento básico y esencial de nuestra existencia en el mundo. ¿Será posible que nuestra sexualidad sea tan importante? Tan torcida como ha llegado a ser, la fascinación permanente del hombre por el sexo habla de cuan importante es él.

Surge pues una pregunta importante: ¿Cómo llegó a ser tan torcida? La teología del cuerpo de Juan Pablo II ofrece algunos pensamientos muy profundos y originales como respuesta a esta pregunta. Veremos algunas de ellas en la parte III.

En la parte II de esta serie, buscábamos seguir el eco profundo de nuestro corazón en nuestra "prehistoria". Ahí descubrimos la experiencia del cuerpo hombre como varón y mujer antes del pecado, en lo que el Papa Juan Pablo llama la soledad original, la unidad original y la desnudez original. Lo que experimentamos ahora, después del pecado es de alguna manera lo "negativo" de la imagen, la cual ha tenido de "positivo" estas experiencias originales (cf. Audiencia General 4/2/81).

A través del significado nupcial de sus cuerpos, el primer hombre y la primer mujer tuvieron la experiencia del Amor. Ellos se dieron cuenta de que su existencia y toda la creación era un regalo, y que el Amor (Dios) era la fuente de ese regalo. En este estado de inocencia original, su desnudez les reveló que estaban llamados a compartir en este Amor, siendo "regalos" el uno para el otro. En unión al Amor de Dios, su amor recrearía el misterio de la creación (procreación). Antes del pecado, este era el verdadero sentimiento del deseo sexual — amar a Dios como Dios ama, entrega total que da fruto y receptividad (matrimonio).

Toda la creación ha sido creada para su bien y estaban llamados a tener dominio sobre ella (Gen. 1:28). La persona humana, sin embargo, está creada "para su propio bien", (cf. Gaudium et Spes 24). Las personas no pueden someterse o dominar a otras. Así que el primer hombre y la primer mujer no tenían deseo de poseerse el uno al otro — sólo para dar y recibir mutuamente, en lo que el Papa Juan Pablo II llama "la libertad del regalo".

En esta libertad se vieron y se conocieron "con toda la paz de la contemplación interior, la cual crea…la plenitud de la intimidad de las personas" (Audiencia General 2/1/80). "Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban el uno del otro" (Gen. 2:25), ya que vivían conforme a su dignidad como personas.

El pecado original y la vergüenza
La vergüenza entra sólo luego de que ellos negaran el Amor como la fuente de la creación. La serpiente los tienta a creer que Dios no les da todo a ellos — "Es que Dios sabe bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y el mal" (Gen. 3:5). La implicación era: Dios no quiere que seas como él — Dios no es Amor, Dios no es "regalo". Si quieres ser como Dios, debes tomar esa semejanza para poseerte a ti mismo. ¡Qué trágico! El hombre ya había estado dando libremente esa semejanza a Dios como un regalo — un regalo que sólo él necesitaba recibir — pero ahora un regalo negado en su corazón (Audiencia General 4/30/8, CIC n. 397).

Mientras que la experiencia de la desnudez original les reveló el significado del "regalo", ahora la experiencia de la desnudez cambia. A través de la negación del regalo en Dios, ellos subsecuentemente negaron "la dimensión interior del regalo" en sí mismos (si el hombre y la mujer niegan el Amor de Dios en sus corazones, ya no tienen la capacidad de amarse mutuamente — tu no puedes dar lo que no tienes).

Al carecer del Amor de Dios, al carecer de la confianza mutua en dar y recibir en la libertad del regalo, el deseo sexual, también, se hace un deseo de asir y poseer. La otra persona es vista no como una persona a quien amar, sino como una cosa para el uso de su propia gratificación. Así que, "La diferencia entre el sexo masculino y sexo femenino se sintió repentinamente y fue entendida como un elemento de confrontación mutua [en vez de comunión]" (Audiencia General 4/6/80). De este modo, la desnudez en la presencia del otro — y en la presencia de Dios— se torna una experiencia de miedo, enajenación y vergüenza. "…Tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí (Gen. 3:10)".

Como señala el Papa Juan Pablo II, la experiencia de vergüenza ahora conectada a la desnudez tiene doble sentido. Este denuncia la pérdida de respeto en el corazón del hombre para el significado nupcial del cuerpo y una inherente necesidad de preservarlo.

Debido a la lujuria —el deseo de asir, poseer, usar— perdieron "la paz de la contemplación interior", asociada a la desnudez original. El hombre siente vergüenza por esta pérdida. Está avergonzado, no del cuerpo como tal, sino de la lujuria en su "corazón". Sin embargo, todavía reconocían que eran personas creadas por Dios "para su propio bien", por lo que estaban profundamente conscientes de que la lujuria violaba su dignidad. Cubriendo sus órganos sexuales demostró la necesidad inherente de proteger el cuerpo de la degradación de la lujuria. Esta es una función positiva de la vergüenza.

La experiencia confirma las observaciones del Papa y la historia relata los cuentos del efecto del pecado en la relación del hombre y la mujer ("Hacia tu marido irá tu apetencia y el te dominará" – Gen. 3:16). El "corazón" se ha convertido en una campo de batalla entre el amor y la lujuria, amenazando habitualmente el significado nupcial del cuerpo. Como dice el Papa Juan Pablo II, debido a la concupiscencia (las pasiones desordenadas del hombre), "El cuerpo humano en su masculinidad y femineidad casi han perdido la capacidad de expresar este amor en el cual la persona se hace un regalo…" (Audiencia General 23/7/80).

Así, si el hombre histórico vive de acuerdo con el significado nupcial de su cuerpo y "cumple con el verdadero significado de su ser y su existencia," debe ganar la batalla entre su corazón y la lujuria. Debe ver su cuerpo nuevamente, como la revelación del eterno misterio de Dios. De acuerdo al Santo Padre esto, es el verdadero significado de la pureza de corazón (cf. Audiencia General 18/3/81). ¡Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt. 5:8) — en su cuerpo!

Ponderemos esto por un momento. El hombre puro no evita su sexualidad. El hombre puro ve la revelación del misterio de Dios en su sexualidad, a pesar de las miles de formas que el hombre la pervierte. El hombre puro es capaz de tomar la imagen "negativa" y permitirle al Espíritu Santo desarrollarla en "positiva". Esta imagen positiva hace visible el misterio invisible de Dios (cf. Audiencia General 20/2/80).En este modo, el hombre puro ve a Dios en el cuerpo humano. ¡Qué extraviadas están esas formas de espiritualidad que tienden a igualar la santidad con una actitud puritana hacia la sexualidad!

La Redención del Cuerpo
Esta es la pureza a la que Cristo nos llama cuando dice, "Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón (Mt. 5:28). Dándonos una mandato más allá de nuestra habilidad para vivirlo, Cristo establece el escenario para nuestra redención. "Pues cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte" (2 Cor 12:10).

El Papa Juan Pablo II interroga: "¿Estamos temerosos de la severidad de las palabras de Cristo, o en vez confiaremos en su contenido salvífico, en su poder?" (Audiencia General 8/10/80). Su poder descansa en el hecho de que el hombre que las articula es "el Cordero de dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1:29). Quienquiera que permita que estas palabras actúen en su corazón escuchará un "eco" del plano original de Dios para la sexualidad. Este gustará de la libertad que perdió y anhela su restauración. Él sentirá en lo profundo de su corazón la tragedia del pecado y gritará arrepentido y por el poder del Espíritu Santo, Cristo lo salvará.

Esta es la Buena Nueva del Evangelio. A pesar de que no podemos volver al estado de la inocencia original, podemos vivir como Dios lo quiso "desde el principio" si poseemos la redención de nuestros cuerpos (Rom. 8:23). El llamado para todo hombre, mujer, casado o soltero es experimentar esta redención. Es un error pensar que el matrimonio de alguna manera, ofrece una salida "legítima" a nuestros deseos sexuales desordenados. En un llamado fuerte y claro a los esposos a elevar la dignidad de sus esposas, el Papa Juan Pablo II afirma que el hombre puede cometer adulterio "en su corazón" aún con su misma esposa si la trata sólo como un objeto para satisfacer su concupiscencia (cf. Audiencia General 8/10/80).

A pesar de lo que los medios seculares decían, el Papa no estaba sugiriendo de ninguna forma que las relaciones matrimoniales en sí son adúlteras. En un mundo que estimula el sexo meramente para la gratificación de instintos desordenados, Juan Pablo II estaba llamando a los esposos de vuelta hacia a la intención original de la donación de sí como la norma para las relaciones sexuales.

Esto es un llamado difícil. Aún los más devotos esposos se enfrentan a la realidad de deseos imperfectos y motivos mezclados. Pero Cristo ha revelado, cumplido y restaurado definitivamente el significado nupcial del cuerpo, haciendo un "sincero regalo" de su propio cuerpo a su Novia en la cruz. Esto significa que, amar como Cristo ama es verdaderamente posible a través del poder del Espíritu Santo el cuál se derrama en nuestros corazones (Rom. 5:5).

A través de este "sincero regalo" de sí mismo, Cristo "pone de manifiesto plenamente al hombre ante el propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación" (Gaudium et Spes n. 22). ¡La vocación sublime del hombre es que él está hecho para la unión nupcial con Cristo! Esto está escrito es su verdadero ser como mujer y varón. La tragedia del pecado es que, en vez de dar gracias a Dios por tan grande regalo, el hombre deja morir su confianza en este regalo y busca tomar a Dios para sí mismo. Pero la gloria del evangelio es que "el siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. En vez, se humilló, haciéndose carne y en acción de gracias (eucaristía) por un regalo al Padre, obedeciendo hasta la muerte — y muerte de cruz (Fil 2:6-8).

Sufrimiento redentor
Al estar el hombre histórico manchado por el pecado, vivir de acuerdo a la verdad de su cuerpo debe llevarlo hasta la cruz. Debemos entrar al "cuarto oscuro", si tenemos la esperanza de que la imagen "negativa" desarrolle la "positiva". Esto significa sufrir.

Cristo, el Nuevo Adán, construye el camino reviviendo las mismas experiencias del primer Adán. Sus palabras, "¡Dios mío!, ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?" (Mt 27:46), hablan de su experiencia de soledad, una soledad de intenso sufrimiento. Aún así, creyendo en el regalo del Padre (a diferencia del primer Adán), esta soledad le llevó al final a ser el regalo de sí mismo. En su desnudez el soportó la cruz, sin miedo a la ignominia (Heb 12:2). A través de la cruz, Cristo estableció nuevamente la unidad entre Dios y el hombre.

¡Nuestra redención está ganada! En las propias palabras de Cristo, "Todo está cumplido" (Jn 19:30). ¿Qué está cumplido? El matrimonio místico del Nuevo Adán y Eva. Cristo entró en el "sueño profundo" de la muerte y la "mujer" (Jn 19:26) es concebida inmaculadamente de su costado fluyendo sangre y agua: representando el Bautismo y la Eucaristía. Y de la unión mística da el "nuevo nacimiento" del discípulo amado ("Ahí tienes a tu madre" [Jn 19:27]). ¡La creación es recapitulada!
A la luz de la cruz, podemos continuar negando el regalo de Dios — " este es mi cuerpo que será entregado por vosotros?" Todo lo que tenemos que hacer es recibirlo.

Nuestro modelo para hacerlo es "la mujer" en quien su fiat encontró plenitud al pie de la cruz: "Que se haga en mí según tu palabra". Según hacemos nuestras sus palabras, concebimos nueva vida en nosotros por el Espíritu Santo. Así como la concupiscencia ciega al hombre y la mujer de su propia verdad y distorsiona los deseos del corazón, más aún la "vida de acuerdo al Espíritu Santo" le permite al hombre y la mujer encontrar nuevamente "la libertad del regalo" unido al significado nupcial del cuerpo (cf. Audiencia General 1/12/82).

Pero este no es el final de la historia. El trabajo de Dios en la Creación y la Redención es sólo un presagio de la consumación de todas las cosas al final de los tiempos. ¿Qué nos dice la teología del cuerpo acerca de la resurrección final?
Si han seguido esta serie de artículos desde los pasados meses, estoy seguro de que hasta este punto están convencidos de que la teología del cuerpo del Santo Padre es materia densa. Pero apenas hemos visto la superficie.

Hasta ahora hemos buscado junto al Santo Padre el significado más profundo de la diferencia entre los sexos y la unión sexual reflexionando sobre nuestro origen y nuestra historia. Ahora, para tener una "visión total del hombre" tenemos que mirar hacia nuestro destino. ¿Que significaría la experiencia del cuerpo, la sexualidad y el matrimonio para el hombre escatológico (el hombre al final de los tiempos)? Esta perspectiva nos permite entender el significado del celibato cristiano y la sacramentalidad del matrimonio.

La Resurrección del Cuerpo
Cristo nos dijo que el hombre y la mujer no se darán en matrimonio en la resurrección (cf. Mt 22:30).

¿Contradice esto entonces de algún modo lo que el Papa Juan Pablo ha dicho hasta ahora sobre el significado nupcial del cuerpo? ¡Al contrario! Las palabras de Cristo apuntan, de hecho a la gloria de todo lo que él ha dicho. Porque en la resurrección "descubrimos - en una dimensión escatológica - el mismo … significado ‘nupcial’ del cuerpo … al encontrarnos … "de cara a cara" con el misterio de Dios vivo (Audiencia General 9/12/81).

La idea que tienen algunas religiones acerca de que después de la vida, el cuerpo se libera de su "prisión", no podría ser más remota en el Cristianismo. El llamado del cuerpo a la comunión no se logra cuando vayamos al cielo. Allá será algo más completo que el matrimonio y más completo que la comunión: viviremos la comunión de los Santos en comunión con la Comunión de la Trinidad. "Esto será una experiencia completamente nueva, dice el Papa Juan Pablo, "y al mismo tiempo no será alienada [distinta] de ninguna forma de aquello que el hombre tomó parte ‘al principio’ ni del … significado procreativo del cuerpo y el sexo. El hombre del ‘mundo futuro’ encontrará otra vez en esta nueva experiencia de su propio cuerpo, precisamente la consumación de lo que él tiene calado dentro de sí perennemente [desde el principio] e históricamente" (Audiencia General 13/1/82).

En el cielo ocurrirá la consumación del matrimonio entre Cristo y la Iglesia. Y todo esto está anunciado ‘desde el principio’ en nuestra creación como masculino y femenino y nuestro llamado a ser una "sola carne". Es por esta razón que Juan Pablo II dice que el matrimonio es el sacramento primordial [de donde vienen los demás sacramentos]. Pero precisamente al ser un sacramento - un signo visible de una realidad invisible - el matrimonio no es la última palabra del hombre en la tierra. Este señala al matrimonio celestial como verdadero destino de la persona. Cuando Cristo dice que [al final de los tiempos]un hombre y una mujer no se darán en matrimonio, lo que está diciendo es que ya no necesitaremos de esos signos que nos dirijan al cielo porque ya estaremos en el cielo. Estaremos ahí. ¡La plenitud definitiva del significado nupcial del cuerpo [hecho para el otro] ha llegado!

Como lo explica el Santo Padre en estas impresionantes palabras: "El matrimonio y la procreación no determinan en definitiva el significado original y fundamental del ser … hombre y mujer. El matrimonio y la procreación meramente dan una realidad concreta a ese significado en la dimensión de la historia" (Audiencia General 13/1/82). En otras palabras la vida matrimonial en la tierra es la preparación para el matrimonio en el cielo.

Ahora la puerta está abierta para que podamos entender el sentido del celibato cristiano. Aquellos que son célibes "por el Reino de los Cielos" (Mt. 19:12), escogen vivir el matrimonio celestial [unidos para siempre con Dios] aquí en la tierra. Ellos "se saltan" el sacramento [un símbolo] para participar del verdadero. Los que hacen, dan un paso más allá de la vida terrenal [dimensión histórica] - aún cuando siguen viviendo la vida terrenal - para decir con sus vidas que " ha llegado el reino de Dios" (Mt. 12:28) [la vida celestial]. El celibato cristiano no quiere restarle importancia al matrimonio, más bien quiere presentar su propósito y significado final aquí en la tierra.

El celibato y el matrimonio son respuestas al llamado inscrito en nuestra sexualidad de darnos en amor. Como dice Juan Pablo II, "…en base al significado nupcial del cuerpo [llamado a darse al otro]…ahí puede formarse el amor que compromete al hombre en matrimonio para toda su vida, pero ahí también puede formarse el amor que compromete al hombre a una vida de abstinencia por el Reino de los Cielos" (Audiencia General 4/28/82). Así que, alguien que siente el llamado a ser célibe volverá a descubrir el verdadero significado de la sexualidad en Cristo [entrega amorosa] - como ocurre en el matrimonio auténticamente cristiano. No es un rechazo a la sexualidad. Según el Santo Padre, si alguno lo ve de esta manera, no está viviendo de acuerdo a las palabras de Cristo (Audiencia General 4/28/82).

Aún más, ya que la fecundidad es parte de nuestra sexualidad, los términos, padre, madre, hermano y hermana son apropiados para ambos, el matrimonio y el celibato. Porque el amor nupcial es por su propia naturaleza dador de vida. Está orientado hacia formar una familia (cf. Gaudium et Spes n. 50). Así que la complementariedad de los sexos [hombre y mujer contribuyen lo propio para bien de ambos], necesaria para traer vida al mundo, también lo es para el matrimonio y la vocación del celibato.

Todo esto está preparando las bases para las reflexiones de Humanae Vitae, las cuales presentaremos en la Parte V de esta serie. Sin embargo, no podemos entender el contenido completo de esas reflexiones sin entender primero el significado del matrimonio como signo sacramental [realidad visible (terrenal) de una realidad invisible (celestial)].

El Signo Sacramental del Matrimonio
Aquí debemos volver a las palabras de San Pablo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo por respecto a Cristo y la Iglesia." (Ef. 5:31, 32). "Este pasaje nos trae una dimensión del ‘lenguaje del cuerpo’ que podría ser llamada ‘mística’", dice el Papa Juan Pablo en la Audiencia General de 4/7/84.

Él pregunta, "¿No es el ‘sacramento’ sinónimo del ‘misterio’? "El sacramento [del matrimonio] consiste en la ‘manifestación’ de ese misterio en un signo [visible] que sirve no solamente para proclamar el misterio [invisible], sino también para consumarlo en el hombre. El sacramento es un signo visible y eficaz de la gracia [hace lo que representa]. A través de este se consuma en el hombre ese misterio escondido en Dios desde la eternidad, del que habla la carta a los Efesios…" (Audiencia General 8/9/82).

¿Cuál es ese "signo visible y eficaz de la gracia" en el matrimonio? Algunos teólogos dicen que son los votos matrimoniales. Otros dicen que es la relación sexual. El Papa Juan Pablo II contesta la pregunta reconociendo que son ambos. "En verdad, las palabras, ‘Te tomo como mi esposa - mi esposo’ … pueden ser cumplidas sólo por medio de la relación sexual conyugal."
… "[En la relación sexual conyugal hacemos] realidad lo que corresponde a estas palabras. Ambos elementos son importantes [en lo relacionado a] la estructura del signo del sacramento…" (Audiencia General 5/1/83).

Las palabras de los votos del matrimonio se hacen carne en la relación sexual. El compromiso que hacen los esposos en el altar, de amarse totalmente, fielmente y abiertos a la vida (que en las leyes de la Iglesia, son las promesas de indisolubilidad, fidelidad y apertura a los hijos) se expresa cuando se hacen ‘una sola carne’. Si los esposos son fieles a estas promesas en sus expresiones sexuales, podrán comunicarse verdaderamente "el lenguaje de sus cuerpos". De acuerdo con el Santo Padre, este es el elemento esencial para el matrimonio como sacramento: el "lenguaje del cuerpo" hablado en verdad. Es precisamente por medio de este que el sacramento se constituye (c.f. Audiencia General 12/1/83).

Pausemos un momento para reflexionar en lo que el Papa Juan Pablo nos está diciendo. La relación sexual, en toda su verdad, es un signo sacramental que habla sobre el misterio eterno de Dios en el mundo. ¿Cuál es ese misterio? La Vida Trinitaria de Dios [Comunidad de vida y amor] y nuestro llamado a compartir en esa Vida a través de Cristo. ¡Pero - ánimo - la relación sexual matrimonial no sólo proclama este misterio, el Papa nos dice que lo consuma en el hombre!

Una vez más para que podamos profundizar en esto: la unión sexual, como un símbolo verdadero de la Trinidad y de la unión de Cristo con la Iglesia, es una participación real en la vida divina (o al menos esto es lo que debe significar). El Santo Padre incluso dice que el signo visible del matrimonio (la relación sexual), ligado al signo visible de Cristo y la Iglesia (la Eucaristía), transfiere el plan eterno del amor de Dios en la historia y se hace "la fundación de toda el orden sacramental" (Audiencia General 29/9/82).

¿Qué es la orden sacramental? Es la manera en que Dios hace visible su misterio invisible, para que así nosotros, criaturas con cuerpo finitas [que vivimos en el mundo visible y algún día moriremos], podamos verlo y participar en ello [su gloria eterna]. Sí - el Vicario de Cristo dice - que la relación sexual es la revelación principal en el mundo creado del misterio eterno e invisible de Cristo. Es la manera principal en que los hombres y las mujeres encuentran lo divino en el mundo natural. ¡Sorprendente! ¿Podría Dios otorgar mayor dignidad a nuestra sexualidad?

Ahora, teniendo esto en cuenta, existe un enemigo de Dios que quiere alejarnos de participar en esta vida divina, ¿dónde piensan ustedes que intentaría lograrlo?

Christopher West en la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II

La Teología de la Familia

Dentro de todo lo que he estudiado, sea catecismo, filosofía, moral, ética, teología, etc., siempre – sin blasfemar – he intentado entender el “por que” de la ley de Dios. Es decir, he intentado meterme con todas mis limitaciones humana y finitas, en el pensamiento de Dios, y obviamente en su infinito, y su sabiduría, es imposible sondear los motivos.


Pero también creo que el Señor en su excelso poder permite a su criatura amada conocerlo por formas sencillas, esto ya lo vimos en su revelación, la cual nos mostró un Dios cercano, un Dios con nosotros. Entonces encontré en una parabola un símbolo, una imagen o mejor dicho una realidad finita que refleja la verdad – con la reserva de que no podemos comprenderlo todo y jamás será así –
Leámosla:

Lc 15, 1-3.11-32

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús todos los publícanos y los pecadores para oírle. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos.

Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda.

Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.»

«Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.»

Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."

Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.» El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado".

Y comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."

El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"

Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."



En esta parábola Jesús se muestra a si mismo, a Dios como Padre. Podría parecer simplemente como un recurso pedagógico, como una simple “imagen”. Pero en el evangelio de Marcos tenemos otra clave:

Mc 14, 36-37
Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora. Y decía: "¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú."

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Aquí la palabra Abbaque Jesucristo utiliza no es cualquier palabra, no es una imagen, ni una manera para que nosotros entendiéramos algo, en su punto culmine de agonía en el huerto de Getsemani, el grito que sale de la boca de Jesús es el de "¡Abba Padre!", esta palabra en arameo tiene un profundo significado ya que indica una intimidad real, una relación filial verdadera, realmente Jesucristo esta llamando a Dios, Padre, de la misma manera en como nosotros lo haríamos en nuestro lecho de muerte al tomar la mano de nuestro padre terrenal.

Es claro que Dios mismo quiere que lo veamos como Padre, y que El desea vernos como hijos en Cristo Jesús. Hay muchas claves en la parábola del hijo prodigo. Primero tenemos aquel hijo que quiere independizarse de su Padre, irse de su casa, de su familia. Dios aquí ve a todos los desterrados de su casa - el paraíso - es decir, todos nosotros. Antes de la venida de Jesucristo, todos estábamos fuera de la familia de Dios. Después el se iba comunicando con el pueblo de Israel y se iba revelando tanto como padre y madre, estas si eran simples imágenes, ya que el único que podría elevarnos de simples criaturas creadas y amadas por Dios, a hijos, era Jesucristo.


Jer 3, 19
Yo había dicho: "Sí, te tendré como a un hijo y te daré una tierra espléndida, flor de las heredades de las naciones."Y añadí: "Padre me llamaréis y de mi seguimiento no os volveréis."

Isaías 49, 14-15
Pero dice Sión: «Yahveh me ha abandonado, el Señor me ha olvidado.»
¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.


Os 11, 1-4
Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí: a los Baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso. Yo enseñé a Efraím a caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer.

Isaías 43, 1-4
Dice Yahvé, tu creador, Jacob, tu plasmador, lsrael. No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. Si pasas por las aguas, yo estoy contigo; si por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás ni la llama prenderá en ti. Porque yo soy Yahvé tu Dios, el santo de Israel, tu salvador... Eres precioso a mis ojos, eres estimado y yo te amo.

Así se revelaba Dios a su pueblo primitivo. Ya desde los comienzos de la revelación Dios se nos hace ver como Padre y Madre. Pero después de Jesucristo la revelación cambia, ya que lo que el pueblo de Israel sabia por inspiración y por revelación a medias, donde Dios no revelaba por completo su rostro y a veces se escondía, ahora se convierte en carne y hueso, ahora podemos ver al Padre.

Jn 14, 8-9
Le dice Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Le dice Jesús: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?

Sigamos pues con la parábola del hijo prodigo. Dios mismo se nos ha revelado como Padre y ahora nos adopta en Cristo Jesús. Todos estábamos desterrados por nuestra libre decisión, quisimos tomar nuestra vida - la hacienda - y malgastarla lejos de nuestra casa, lejos de nuestro Padre. Pero una vez ahí, reconocemos nuestra desgracia, después de haber experimentado el peso completo del pecado, en mujeres y lujuria, en vanidad, en el la falsa seguridad del dinero.

Después de esto en aquel país sobrevino una gran hambre. ¿Que significado tiene la hambruna? la realidad de que lejos de casa, y lejos de nuestro Padre, sin importar todo lo que tengamos, tenemos hambre, hambre de amor, de protección, de Dios, de verdad, de casa.

Esa rebeldía inicial se convierte en nuestra propia perdición, por no pensar ni darnos cuenta que fuera de casa no podemos ser nada, lejos de Dios somos simples criaturas desfiguradas por una voluntad caída, donde lo animal y carnal dominan, y donde poco a poco nuestra persona, nuestro corazón y nuestro ser, deja de ser para despersonalizarse y convertirse en no mas que polvo como aquel polvo animal que muere eternamente y su recuerdo jamás pasó, sus huellas jamás se grabaron.

Entonces el hijo prodigo, comenzó a aceptar las migajas que otros le daban, pero nada le satisfacía, veía a los puercos mejor alimentados que el, y pensó cuantos servidores, jornaleros de su Padre comían mejor. Se dio cuenta que los que sirven a su padre son mayores aún que el rey que esta lejos de Dios, entonces tomo una resolución, ir a decir a su Padre que había pecado contra el cielo y contra el.

Simplemente reconoció su pecado, y fue a confesarlo, no solo eso, si no que el mismo le dice a su padre: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."

Ya no se sentía digno de ser su hijo, le bastaba ser el siervo de su Padre, ya que sabia que aun en el trabajo pesado, aun de jornalero, mientras este en su hogar y junto a su Padre Celestial, no pasaría hambre... hambre de amor, compasión, de su verdadera familia.

¿Pero que hace el padre? «Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.»Eso es un verdadero padre, la imagen perfecta de lo que ES un Papá, aquel que su vida no tiene sentido sin amar a sus hijos, sin ellos, sin relación no hay padre. Algo así pasa con el misterio de la Santísima Trinidad, se podría decir que no hay Dios sin un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo, tres Personas que son pura relación y absoluta unidad. Es decir, sin comunicación filial, no hay Dios, sin hijos no hay Padre y sin padre no hay hijos... y solo el amor puede unir.

El Padre no lo regaño, no lo amedrento, no lo quiso hacer sufrir para que entendiera, el sabia lo que el hijo había sufrido, el sabia todo, pero su corazón henchido de amor olvido todo, lo único que quería era celebrar el regreso de su hijo... su hijo había regresado a sus brazos, la muerte ya no iba a tocarlo, la muerte causada por el pecado ya no podría arrebatarle a su hijo que tanto amaba.

Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."

Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado". Y comenzaron la fiesta.»


Fiesta, una celebración de alegría, la familia estaba completa de nuevo, traigan lo mejor que tiene el Padre y deséenlo a su hijo, no escucho la petición de su hijo de hacerlo jornalero, lo perdono completamente, tú, siervo o hijo no importa, siempre serás de esta familia.

Jesucristo nos regreso a esta familia de Dios, nos permite decirle al Padre Abba!!, solo el pecado puede alejarnos de nuevo de casa, pero podemos volver a reconciliarnos, ahí nos dejo Dios mismo los sacramentos que nos acercan a El, que nos llevan al Padre, pero cuidado de morir lejos del hogar y sin arrepentirnos, por que Dios quiere que amemos, y solo se puede amar siendo libres, y si con nuestra libre voluntad rechazamos el abrazo de Dios, la familia, el hogar, los hermanos, Dios no va a hacer nada... si morimos lejos de casa, sera para siempre. Pero mientras allá vida, tenemos la oportunidad de sentir este abrazo del Padre que nos perdona por que nos ama infinitamente.

Sigamos con la parábola:

Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.


Aquí tenemos otro hijo, el cual nunca se fue físicamente de casa, pero su corazón estaba lejos de la familia, no le importaba que su hermano regresara, se sintió celoso y ofendido. Aun a este el padre sale a buscarlo y suplicaba que entrara.

Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"

Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."

Todo lo mió es tuyo... ¿por que envidias a tu hermano? alégrate conmigo por que ha regresado!!! que amor tan grande.

Me he puesto a pensar yo siendo un hombre pecador, finito y limitado, ¿como me gustaría que fuera mi familia? ¿yo que quiero tener algún día una familia grande, como debería de ser? ¿si yo pudiera crear la familia perfecta como lo haría?

Siempre he admirado la gente que no tiene apego a nada, si no sólo tiene los lazos que le une en el amor, lazos que no amarran si no fortalecen y que duele que se rompan... pero se tiene la esperanza de que el amor es mas fuerte que la muerte y un día esos lazos se unirán de nuevo y jamás se volverán a romper. Admiro la gente que ama sin medida, sin tasa. Aquí vemos un padre que no le intereso su hacienda, no le intereso su dinero, no le intereso que lo que había guardado para su hijo fuera y lo desperdiciara, con tal de que el hijo regresara. Un padre que quiere que su otro hijo no sienta envidia, ni rencor, que no vea en el hermano un estorbo, un impedimento para ser el también amado, como si el amor de Dios fuera limitado!.

Quiere que se alegre también, que lo que es de el, también es del hijo, pero que convenía celebrar y alegrarse por su hermano, olvida el cabrito! todo es tuyo y siempre lo ha sido, ven y abraza a tu hermano, ven y bebe y come, que la familia es una de nuevo.

Jn 17, 20-26
No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno.

Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos."


¡Cuántas veces he querido (Jerusalén) reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!

Aquí vemos por que Dios no tolera la soberbia y la arrogancia, es como decir al hermano: "Quítate que yo merezco mas!" es como prohibir a Dios que ame a sus hijos, Dios ama a todos, y su amor es infinito, puede amar a todos infinitamente, si yo como ser humano me gustaría que todos mis hijos se amaran, y no sintieran envidia uno del otro, ni rencores, ¿que mas quiere Dios?

Si yo siendo imperfecto me gustaría que perdonaran a mi hijo, aun siendo culpable, aun habiendo cometido crimen, quisiera que lo perdonaran, ¿cuando mas Dios quiere que perdonemos, cuanto mas quiere hacernos ver que la persona no se ama ni se mide por la cantidad y gravedad del pecado, si no que se ama por lo que Es, se perdona por amor, y no tiene tasa ni medida si no que es hijo, es hermano?

Si yo siendo pecador, me gustaría poder perdonar a mi hijo sin importar la ofensa, por que lo amo, e igualmente me gustaría que todos perdonaran a mi amado como yo lo hice, hasta daría todas mis posesiones por que así fuera. ¿Como querrá Dios que nos amemos unos a los otros y nos perdonemos, como una familia?

Me gustaría tener una familia donde todos sirvieran a todos, donde fueran agradecidos, una familia donde se sacrificara por amor.

Un Padre seria capaz de dar la vida por sus hijos... seria capaz de ser torturado, martirizado, si su hijo se salva... una madre podría entregarse en lugar de su hijo amado, podría dar su vida y morir dando a luz, es decir podria entregarse ella misma por que su hijo viviera... tenemos en nuestra alma gravado el amor y la imagen de Dios.

Jn 3, 16
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Jn 15, 12-13
Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.

J. Ratzinger:
Dios es precisamente eso, el amor hasta la muerte de sí, expresado en la cruz de Cristo, por la gloria y felicidad del otro que se realiza en la resurrección de Cristo.

Dios entrego a su Hijo que es Dios, a su amado compañero, hermano, amigo, Hijo, en la Santísima Trinidad... por amor...

El Hijo, que es Dios, obedeció a su Padre, una obediencia filial, que lo llevo a entregarlo todo, hasta la ultima gota de sangre... por amor al Padre... por amor a nosotros..

Pero Dios no abandono a Jesucristo a manos de la muerte, si no que la lagrima que derramo, por su hijo crucificado se convirtió en alegría, en fiesta cuando lo resucito de los muertos, cuando venció la muerte, cuando vio el destino de su familia... donde todos los que siguieran a Jesucristo, el eterno y ultimo hombre... regresarían a casa... por que los ama, quiere que sean libres de amar, y entregarlo todo, como su hijo verdadero, como Jesucristo amo y se entrego...

Yo mismo, yo aquí en mi debilidad e imperfección, yo que soy limitado para amar, me emociona y daría mi propia vida por tener un hijo asi, por que mis hijos dieran la vida por sus hermanos.

Se me eriza la piel de pensar que un hijo mío seria capaz de ir a buscar hasta los confines de la tierra a su hermano perdido, y que soportando castigo, maltrato y desconsuelo, lo trae de nuevo a casa... a mis brazos... una familia de nuevo... ¿Que hizo el Padre? mandarnos a su hijo, y este se entrega y viene libremente, desgarrado en la cruz que va desde el eterno cielo, desde la casa verdadera donde El Hijo es Dios, hasta darse en carne y hueso, uno de nosotros!, lo mando a lo mas lejos de lo infinito, a lo terrenal, y todo para rescatarnos...

¿Como quiere una familia Dios?
A mi me gustaría que mis hijos ayudaran a su madre, fueran laboriosos, y trabajadores, que si tengo un rancho, trabajaran la tierra con amor, serian mis jornaleros por que quiero que aprendan a servir, pero en la mesa de la casa se sentarían en el lugar que les corresponde, el de hijos. Me gustarían hermanos que se amaran verdaderamente, que jugaran juntos, que perdonaran, que no ofendieran....

A veces me sorprende un texto del evangelio que casi nadie menciona o nunca he visto que se le haga una exégesis:

Mt 5, 22
Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.

Hace años se me hacia exagerado este texto, ¿como podría ser una persona que llama a su prójimo imbécil, o tonto ser presa de castigo?...

Después me percate que esto era difícil de entender por que veo al prójimo como un "otro" circunstancial, es decir, que tomo en cuenta por que esta ahí, no tanto por que me interese. También es difícil de entender ya que estamos acostumbrados muchos de nosotros a pelearnos de esta manera con el hermano, a veces es juego, pero después se convierte en costumbre y luego se dice este "imbécil" de corazón, luego viene el rencor, luego el amor se apaga, y ya no lo quiero llamar hermano.

Pero ¿como pensaría si esto pasara en mi propia familia? ¿me gustaría que mis hijos se llamaran tontos e imbéciles? ¿que tipo de familia bizarra seria esta? No... me gustaría que se llevaran como verdaderos hermanos que se estiman, y si bien hay veces que en el juego se produce cierta rivalidad, también es cierto que jamás se pierde la estima y el respeto por el otro... ahora veo mas que nunca como Dios quiere que sea su familia.

Luego observo a los Santos, como modelos de hijos que verdaderamente quieren ser adoptados por Dios y regresar a casa. En el ejemplo del hijo prodigo se ve como el hijo va y gasta su vida en cosas materiales. ¿Como pensaría el Padre si el sabe que ese paseo por el país extranjero no es mas que una prueba, que esta vida es algo pasajero, es un espacio de tierra y tiempo que se nos da para aprender a amar, y para decidir ser verdaderos hijos en Jesucristo? ¿Para que instalarnos en esta vida? Por eso Dios alaba la pobreza, de la cual hay la de corazón y espíritu y la material.

El Padre no escatimo su novillo cebado para su hijo, es decir, Dios no escatima todo lo que tiene para entregarlo, sabe al final del día que todo lo que ha ganado con su trabajo (creado) es para sus hijos, todo lo que ha hecho, ese paraíso, esa hacienda, rancho, casa que el creo es para sus hijos, para que su familia viva, así quiere que tratemos nosotros las cosas materiales.

Por eso admiro a la gente que puede ver su patrimonio destrozado y si bien con lagrimas humanas, vuelve a comenzar y no se lamenta, si no da gracias a Dios por lo bueno que tiene en la vida. Los padres que pueden decir a sus hijos despues de un accidente automovilístico:
- ¿Estas bien hijo?,
- Si pero destroce tu auto, papa...
- No importa, ese pedazo de cacharro ya hacia falta cambiarlo, me alegra que estés tu bien, eso es lo que importa....

Admiro la gente que con alegría comparte lo que tiene.

Mi abuelo Bartolomé, tuvo 14 hijos, el no tenia un trabajo en si estable, probo de todo, vendía seguros, tuvo trocas de volteo a su cargo, en fin... todo lo que ganaba, íntegramente se lo daba a mi abuela: "ten, compra lo necesario para ti y los muchachos". Cuenta mi mamá que a veces mi abuelo no tenia dinero para comprar muchos cambios de ropa o de calzado, que le pedían que tomara parte del dinero para cambiar esos viejos zapatos, a lo cual el se oponía... el era feliz viendo a su familia feliz, no le preocupaba quitarse el pan de su boca si alguien mas se lo pedía, y amaba a su familia, siempre había fiesta en la casa, y todos eran invitados... todos eran amados, ¿que importa si yo no como, si yo no visto con lo nuevo? ...


Mt 5, 39-42
Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.


¿Entonces? Para que aferrarse a lo material, Dios nos mando a un mundo de tierra y polvo, físico y sabe de lo que tenemos necesidad, el se encargara de darnos lo necesario...


Mt 6, 25-33
"Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.
Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.


¿Pero que significa esto, que no debemos ahorrar, construir un patrimonio para nuestros hijos, debemos esperar que todo nos caiga del cielo? Mucha gente piensa así de este pasaje, pero olvidan la ultima frase: Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Buscar el Reino, la familia del Padre...

Hace mucho un sacerdote, el padre José March me explico esto, pero poco lo entendí. Después en un momento de oración en el cual dialogaba con el Señor, me hizo entender las cosas.

Yo le preguntaba que donde esta el medio entre el trabajo del hombre y la providencia divina, a lo cual me contesto, que el trabajo es una cruz. ¿Como una cruz? No importa la cantidad de trabajo que se haga, ni el mucho dinero que se acapare, como dice el Salmo 126, "Si el señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles",lo importante es hacerlo todo por amor, para los demás, para entregarlo. Dios quiere que trabaje y me esfuerce por mi familia y su sustento no por que el requiera de mi para ello, si no por que es un signo de amor y entrega.
Dios se ríe de mi, y me dice: -Si yo quisiera, podría hacer hoy mismo que ganaras cualquier sorteo de lotería, y sabría perfectamente que repartirías tus bienes de manera mas o menos justa, se que harías mucho bien con este dinero, pero no lo haré, no te daré mas, por que quiero que trabajes, quiero que sudes, quiero que te duela, quiero que lo des todo, esa es la cruz, el trabajo es una cruz, no por que sea desagradable, si no por que es un sacrificio que se hace por amor... quiero que seas parte de la gloria del Hijo, que entregues tu vida por amor...

El padre Marche me dijo: Todo es bueno, negocios, trabajo, escuela, estudios, dinero, proyectos, siempre y cuando sea por amor, lo entregues a los demás, y no sea por ambición, vanidad o para ti, todo para los demás, todo, entrégalo....

Eso es el Reino y su justicia... por eso lo que Dios quiere es la entrega, el entonces, dará lo que haga falta....

En las haciendas y ranchos, el padre pone a trabajar a sus hijos en la cosecha y demás actividades, al final, se recolecta y junta todo y se reparte por igual... eso mismo quiere el Señor.


Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Él le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti mismo”. El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta? Jesús le contestó: Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

Eso es lo que hacían los Santos en su pobreza, se entregaban al trabajo y repartían todo a los pobres, y si el trabajo fallaba, se atenían a la divina providencia.

Se cuenta esta historia de San Francisco de Asís y de Maseo:

Al llegar un día muy hambrientos a una aldea, fueron, según la Regla, a pedir de limosna el pan por amor de Dios. San Francisco fue por un barrio y el hermano Maseo por otro. Pero como San Francisco era de aspecto despreciable y pequeño de estatura, por lo que daba la impresión, a quien no le conocía, de ser un pordiosero vil, no recogió sino algunos mendrugos y desperdicios de pan seco. Al hermano Maseo, en cambio, por ser tipo gallardo y de buena presencia, le dieron buenos y grandes trozos, y aun panes enteros.

Terminado el recorrido, se juntaron los dos en las afueras del pueblo para comer en un lugar donde había una hermosa fuente, y cerca de la fuente, una hermosa piedra, ancha, sobre la cual cada uno colocó la limosna que había recibido.

Y, viendo San Francisco que los trozos de pan del hermano Maseo eran más numerosos y más hermosos y grandes que los suyos, no cabía en sí de alegría, y exclamó:
-- ¡Oh hermano Maseo, no somos dignos de un tesoro como éste!

Y como repitiese varias veces estas palabras, le dijo el hermano Maseo:
-- Padre carísimo, ¿cómo se puede hablar de tesoro donde hay tanta pobreza y donde falta lo necesario? Aquí no hay ni mantel, ni cuchillo, ni tajadores, ni platos, ni casa, ni mesa, ni criado, ni criada.--

Esto es precisamente lo que yo considero gran tesoro -repuso San Francisco-:
el que no haya aquí cosa alguna preparada por industria humana, sino que todo lo que hay nos lo ha preparado la santa providencia de Dios, como lo demuestran claramente el pan obtenido de limosna, la mesa tan hermosa de piedra y una fuente tan clara.
Por eso quiero que pidamos a Dios que nos haga amar de todo corazón el tesoro de la santa pobreza, tan noble, que tiene por servidor al mismo Dios. Dichas estas palabras y habiendo hecho oración y tomado la refección corporal con aquellos trozos de pan y aquella agua, reanudaron el camino hacia Francia.


Muchos se preguntaran entonces ¿y que si yo tengo esposa he hijos, debo de venderlo todo? Me remito a decir que hagan la voluntad de Dios, pero también puedo añadir que hay muchos tipos de pobres, nunca se deben de descuidar los pobres de las calles, los que no tienen pan, pero también y como el padre March me lo menciono, tus pobres - a ti padre de familia - son tu esposa y tus hijos, tu madre y padre... a ellos les tienes que entregar todo, y si quieres ser mas perfecto, tampoco descuides a los otros pobres, tus hermanos gracias a Jesucristo, los otros hijos de Dios.

Esto es lo que quiere Dios, que utilices todo lo que el te entrego.
Un Padre de familia pasa a sus hijos a través de su sangre y genética diferentes aptitudes físicas y mentales, algunos son mas aptos y capaces para ciertas actividades que otros, el padre espera que todos den lo mejor de si, que lo entreguen todo en el trabajo, al final, no importa si el hijo mas fuerte y vigoroso logro cosechar mas fruto, y el mas débil menos fruto, el padre los ama igual, lo que el quiere es que se entregaren con igual amor y ganas de ayudar, al final, el Padre les dará la misma comida en la mesa, la madre preparara a todos por igual, no conozco un padre terrenal que de mas de comer a aquel que aporta mas económicamente a la casa, y de menos a aquel que aporta menos, si nosotros siendo terrenal y amando finitamente actuamos así ¿como actuara Dios que nos ama infinitamente?


Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña.

Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido. Ellos fueron.

Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.

Él replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.


En esta parábola Jesús hablaba a los fariseos y demás israelitas, los cuales les dice que si bien ellos fueron llamados primero, los gentiles y sus otros hijos recibirán lo mismo que ellos, aun que hubieran sido llamados después. Pero también nos sirve de ilustración para lo que hemos venido tratando, El Padre da al final a todos lo mismo, sin importar quien aporte mas en frutos, lo importante es que de fruto y ponga todo su amor en ello... no es la cantidad si no el amor y la entrega...


Mc 12:42 nos dice:
Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo:«De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.»

Al final todo es del Padre, todas las herramientas y utensilios que utilizamos para plantar, regar, cuidar y cosechar los frutos de la tierra y el trabajo, el bastón para pastorear, las ovejas, los viñedos, son del Padre, y los tendremos que entregar junto con lo que cosechamos...


Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos.

Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.

Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.



Dios no nos pide mas de lo que podamos dar, pero si quiere que entreguemos todo nuestro amor y corazón en nuestras obras, por eso nos dará al final según nuestros frutos, no en cantidad, si no en la medida en que El sabe que podemos dar, es decir, cuando entregamos sin tasa ni medida... eso es el trabajo... eso es la don de si mismo, no solo económicamente, si no en amor, comprensión, una sonrisa, un consejo, un abrazo, una palmada en el hombro, lo demás solo son símbolos que hacen visibles esa entrega... lo demás que haga falta Dios lo completara...

Eso es lo que quiere Dios como Padre... quiere además que seamos felices, aun en esta tierra. Dios es el Dios de la promesa, de la fidelidad.

Al decir que creemos en Dios Padre, estamos diciendo algo trascendental. Le estamos dando un atributo de filiación, esta filiación significa acercamiento, unión, promesa. Cuando Yahvé habla a Moisés desde la zarza ardiendo el se autonombra como “Yo Soy el que Soy” es decir que no existe otra existencia fuera de Él, no hay otro Dios, pero lo verdaderamente importante viene después: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob” ¿Qué significa esta denominación, Soy el Dios de tus padres? Es importante recordar que los dioses anteriormente eran dioses de la naturaleza, dios del agua, dios del fuego, dios de la guerra, y que además se circunscribían a un lugar. No así con el Dios revelado, este ya no era un Dios de “algo” ni se sometía a un lugar, Él era el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, es decir era un Dios de “personas”. Dios entra en contacto con el hombre, se acerca a el, esa Inteligencia Suprema, ese Logos, ese Creador del universo entero, es el que guía al hombre en la historia, es el que se baja de su situación suprema y dialoga con el hombre, es el Dios de la “promesa”.

El prometió que nuestro lugar en casa seguiría en pie hasta el juicio final, prometió que nos cuidaría y amaría en extremo y lo cumplió en la entrega total en la cruz, el es fiel siempre, por que es eterno, no se puede retractar ni quiere hacerlo ya que es verdad suprema, si bien hemos utilizado el hecho de que Dios es Padre, también es cierto que lo que se desdobla aquí es una versión finita del poder infinito, y si bien es cierto que podemos entender a Dios con ejemplos sencillos, por que el es sencillo, también es cierto que su infinitud nos hace incomprensibles muchos de sus caminos, pero principalmente mucho de la profundidad de su amor y justicia....

Felices! dice Jesucristo, Dios nos quiere ver felices!... alegres...


Mt 5, 1-12
Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros."


Bienaventurados quiere decir "Felices", alégrense, "animo hijita tu fe te ha salvado" "animo hijo, levántate, tus pecados te son perdonados"

Quiere que seamos felices aun en el dolor.
Dios al ser 3 personas, al ser pura relación, amor, comunicación, entrega, donación, creo a sus criaturas de la misma manera. Quería que su creación amara y se entregara como Dios mismo dentro de la Santísima Trinidad, para que entraran en el gozo de ser para... de estar con, junto a... junto a Dios. Pero para esto requería que el hombre fuera libre, el amor requiere libertad, Dios es la libertad suprema que crea otras libertades. Pero esto abrió paso a lo demoníaco, este misterio tan potente como el amor por libertad, abrió la posibilidad a no amar, a rechazar el amor y a encerrarse en si mismo, por eso hay dolor, por eso hay sufrimiento...

El Padre sabe que lejos de su casa sufrimos, sabe que lejos de sus brazos somos débiles, sabe que allá en la tierra donde despilfarramos la vida en lujurias, injurias y estupideces, sabe que allá estamos a la merced del pecado, el dolor, la muerte misma... por eso Dios fue a sufrir por nosotros a ese lugar también, fue a buscarnos. Vino a la tierra como uno de nosotros, quiso sentir el mismo en su propia carne el dolor que causa el pecado (el pecado de los otros, ya que Jesucristo jamás peco ni fue presa del pecado original), Jesucristo, Dios en su búsqueda por sus ovejas perdidas, sus hermanos, los hijos del Padre, vino por nosotros a rescatarnos, a mostrarnos el camino que lleva de nuevo a casa, a enseñarnos que solo con la cruz a cuestas y con amor se puede vencer la muerte a la que nosotros mismos llamamos al alejarnos de lo que nos sostenía y alimentaba, lo único que puede mas que la nada, el amor de Dios, el amor que Dios nos enseño dar.

Por eso Dios nos quiere felices en aun en el dolor, por que prometió vencer la muerte que nosotros mismos creamos, prometió que estaría con nosotros, el mismo vino a sufrir, a identificarse con nosotros.

Como un padre que ve a su hijo culpable de castigo cumplir su pena en la carcel, una pena que solo se pagaría hasta que el reo muriera ahi mismo encarcelado, ahi en el olvido, ese padre decidió entregarse a si mismo para estar preso, con esto reduciría la pena de su hijo y seria libre sin necesidad de morir.., el padre inocente decidió ir y pasar su vida en la celda al lado de la de su hijo, y morir en el lugar de su amado.

Felices! aun en el dolor, por que ahora no sufrimos por el pecado, sufrimos en memoria de aquel que nos amo hasta el extremo, sufrimos en memoria de nuestro hermano Jesucristo que entrego hasta la ultima gota de sangre por nosotros, nos sacrificamos por ese amor del Padre que entrego lo que mas amaba por amor a nosotros... sufrimos por la gloria de Dios, sufrimos por el amor a Dios y a nuestros hermanos!, ya no es el pecado! ahora es por amor a nuestra familia!, "donde esta oh! muerte tu victoria, donde esta tu aguijón!!"

Pero no es por la memoria de un fallecido, es por el recuerdo de alguien que vive!, de alguien que siendo Dios, teniendo una relación eterna con el Padre no podía ser retenido por la muerte, si no que fue arrastrado con todo y su humanidad a la vida eterna, de regreso a casa... Jesucristo nos arrastro con el de nuevo al encuentro del Padre, solo tenemos que seguirlo, y cargar nuestra cruz, no por que haga falta algo, así como en el trabajo, la cruz es un símbolo de entrega absoluta por amor, lo demás ya lo proporcionó Dios, nosotros solo lo hacemos por amor... victoria a la familia de Dios! a todos nosotros!, regresaremos a nuestro hogar, ahi por amor.. donde todos nos encontraremos...

Alguna vez me pregunte si Dios Padre podría sentir "orgullo" después me percate de que esta es una emoción demasiado humana y poco divina, pero encontre otra palabra... "gloria" y "alegria"... El Padre, cuando hacemos su voluntad, cuando pasamos las pruebas, cuando cargamos la cruz de regreso a sus brazos, cuando damos fruto, lo glorificamos, siente gloria, alegria de nosotros...


Jn 15, 8
La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.


Jn 17, 4-5
Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese.


La Misión que Jesucristo nos encomienda, el llevarla a cabo con todas nuestras fuerzas, eso glorifica a Dios, eso lo alegra, no por que requiera ser glorificado, no por que requiera de amor, si no por que nos ama, y sabe que la consecuencia de este caminar las huellas de su Hijo, es el camino que nos lleva a El, nuestra gloria sera vencer la muerte en Jesucristo, y vivir por siempre con Dios, con la gente amada, con la familia...


“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”
Mateo 5:48


¿Que significa ser perfectos?, para entenderlo deberiamos de ver los versiculos anteriores a este...


Mt 5, 44-47
Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?


Aquí se refiere a amar igual que el Padre, eso es ser perfectos. Ser como Jesucristo. El es el hombre a imagen y semejanza de Dios. Es decir el verdadero hijo, el unico que realmente puede entrar en la casa. Ser Santos, como el Padre es Santo...

Y esa misión de santidad es para todos. Es un deber, no es cuestion de sentimentalismos, el amor no es un sentir bonito, el amor es salir de uno mismo para ir al encuentro del otro.

Es un error creer que esto es de curas y monjas, es un error separar tanto a los laicos de los hermanos de vida consagrada. La vocación no es mas que una tarea que Dios designa a cada uno de sus hijos. Es como el Padre que asigna a un hijo ir a plantar la viña y a otro ir a pastorear ovejas, y a otro ir a construir un granero, y a otro ir a cazar, al otro ir a pescar al lago. Todos somos hijos, y todos al final le reportaremos al Padre los frutos de nuestro trabajo, nuestro esfuerzo, no importa la tarea asignada, tal ves hay ciertas misiones que naturalmente nos acercan mas a la casa o junto al Padre, pero al final, todos vendremos a cenar a la misma mesa.

Tanto la vida Consagrada como el Matrimonio son sacramentos y como tales, son asignaciones bendecidas por Dios. En cada una debemos de ser Santos, y como ley la cruz, símbolo de entregarlo todo, por amor, sin tasa ni medida, con toda nuestra fuerza, alegria y pasión, como un buen partido de futbol donde vamos con todo a cada balón como si fuera el ultimo, heridos pero felices.

De hecho las diferencias entre la vida consagrada y la de los cónyuges es solo en formas visibles, en símbolos, interiormente debemos de estar todos con el corazón hacia Jesucristo, hacia Dios, tener el mismo grado de Santidad. El Sacerdote tiene el privilegio y el don de poder a través de sus manos y su plegaria, sostener y participar en la transformación del vino y el pan en el sacrificio de nuestro Señor... los cónyuges tienen el privilegio y el don de a través de un acto visible de su amor, participar con Dios en la creación de una nueva vida, de un nuevo hijo, de un nuevo potencial infinito de amor y santidad...

Los de vida consagrada tienen la bendición de asemejarse mas a la vida terrneal de Cristo, de portar de manera mas viva sus llagas... pero igualmente la vida matrimonial permite llevar de otra manera la union por amor, el compromiso, la fidelidad hasta la muerte, la union carnal y espiritual de dos almas... la formación de una familia, una imagén de la familia eterna de Dios.

Nada le pertenece a nadie si no solo a Dios, solo al Padre, todos los hermanos que el Señor nos pone en su camino son parte de la misión, son amores que nos enseñan a amar, pero son prestados, son bendiciones, no pertenencias, ya que todo es de Dios, también nosotros, son personas que el Señor nos confía... no de nuevo, por que requiera de ello, si no por que estamos hechos a su imagen y semejanza y quiere que aprendamos a amar, quiere que aprendamos a comunicarnos, a entregarnos, a sacrificarnos, por que al final sabe que el hombre solo ES cuando ES para los demas, con los demas, - Dios con nosotros - cuando amamos como Jesucristo..


Hemos estado viendo esta Teología como una teología de la familia, de una familia donde Dios es Padre, donde nosotros somos hijos, donde todos nos amamos por igual, donde todos somos hermanos y trabajamos por amor, donde jugamos juntos, comemos, reimos, algunos(as) son pastores y cuidan las ovejas, otros(as) cultivan la tierra, otros(as) van por agua al pozo, otros(as)cocinan, todos, todos los que amas, si aprenden a amar y a cumplir con su misión, todos estaremos juntos, donde podremos conversar con San Pedro y que nos cuente como fue eso de que dudo en el caminado de las aguas, o con Jesucristo mismo, tal ves nos enseñe el truco El ;), donde podremos estar junto a nuestros padres terrenales por siempre, donde podremos ir a escalar un monte y acampar en la punta viendo la creación perfecta de nuestro Padre junto a la que fue nuestra esposa, junto a esa mujer que tanto amamos, donde podremos ver a nuestros hijos, ahora como lo que son, y amarlos por igual, como una familia. Podremos jugar futbol con San Francisco de Asís, (no asi con el Padre Pío, con eso de la bilocación, de poderse estar en dos lugares al mismo tiempo, seria una goliza segura ;), donde podre ver a mis abuelos, y abrazarlos y jugar domino o cartas con mis primos, donde podre pasear por la playa con un león al lado, y un tigre por delante, tomado de la mano de ella...

Is 11, 6-9
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.
Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.



Todas estas son imagenes que me ayudan a reflejar la esperanza que tengo, la esperanza de que el amor solo es, cuando es eterno, de que puede vencer a la muerte, y que al entregarlo todo podre regresar a casa... con la Santísima Trinidad, con el Padre, con Jesucristo y con el Espiritu Santo, con María, con los Santos, con mis abuelos, mis padres, mi hermana, mis primos, mis amigos, mi futura esposa, y mis futuros hijos, hasta con mi futuro perro si se puede!, una esperanza de que en el Paraiso se perpetuaran las huellas de amor en la arena terranal de este paseo efímero por la playa, pero alla, jamás se borraran...

Pero para todo esto, debemos de seguir a Jesucristo, imitarlo, el Hijo amado desde la eternidad por el Padre, el Hombre por antonomasia, como fue creado antes de la caida del paraíso... solo ahi podremos ser realmente humanos y podremos esperar vencer a la muerte... podremos esperar ese amor indestructible, que solo es amor cuando se entrega completamente .†.. hasta entregar el ser mismo... por que Dios mismo, lo hizo por nosotros... y se hizo hombre como nosotros...

Sin olvidar que sin Dios nada se puede construir, esa imagen del Padre y sus hijos en la hacienda nos puede servir para entender que ese padre quiere que trabajemos y nos entregemos por amor a todos, que disfrutemos de sus bendiciones y seamos todos uno, pero como toda relación, lo que mas desea es que haya una comunicación con El, un amor filial. El es el portador de todo conocimiento, sabiduria, la fuente de todo el amor, el es el que nos enseña a cultivar, plantar, pastorear, pescar, jugar, amar, vivir, y jamás dejara de hacerlo, sin El, no sabemos nada, no podemos aprender, no tenemos herramientas, no podemos cultivar, no podemos jugar, no podemos ser pastores, no podemos ser pescadores, no podemos comer, no podemos construir la casa, no podemos saber amar, no podemos respirar, no podemos vivir... sin Dios no somos nada.. sin Dios no somos... si Dios no consruye la casa, en vano se cansan los albañiles...

El nos ama con amor infinito y desea que le amemos, no por que necesite de nuestro amor, si no precisamente por que nos ama y sabe que solo uniendonos en amor con el podremos ser felices y amar... por que El libremente ha decidido que nuestro amor por muy pequeño que sea, es causa inagotable de alegría para El, como la alegría de un bebe que toma delicadamente el dedo de su madre... o de un padre que ve correr a su hijo hacia El cuando llega del trabajo, y lo abraza con espontaniedad.

Ese es el nuevo Pueblo, la Nueva Alianza, el Nuevo Pacto, la Nueva Promesa, ... la fidelidad del amor indestructible que vencio la muerte y tatuo nuestro ser y le bajo la estrella de la eternidad... todo esto en gracia de Jesucristo... de Dios con nosotros.. entre nosotros, curando, amando, animando, comiendo, bebiendo, salvando, sonriendo, prodigando amor, prodigando el abrazo de Dios a sus hijos, los hermanos.. su abrazo, sus manos, sus palabras, la palabra de Dios hecha carne en el Señor... el cual lloro, camino, se canso, sufrio, se entrego, amo humanamente, se encariño, y quien sabe hasta canto!..... que viva el Señor!, Gracias.
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Jer 31, 33-34
Pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo. Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: Conoced a Yavé, pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande oráculo de Yavé cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.

Is 35, 3-7
Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes.
Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temáis! Mirad que vuestro Dios viene fuerte; es la recompensa de Dios, él vendrá y os salvará.
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán.
Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo. Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa,
se trocará la tierra abrasada en estanque, y el país árido en manantial de aguas. En la guarida donde moran los chacales verdeará la caña y el papiro...

Is 11, 1-5
Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará.
Reposará sobre él el espíritu de Yavé: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yavé.
Y le inspirará en el temor de Yavé. No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas.Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. Herirá al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matará al malvado.
Justicia será el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus flancos.

Amos 2, 6-7
Así dice Yavé: ¡Por tres crímenes de Israel y por cuatro, seré inflexible! Porque venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias;
pisan contra el polvo de la tierra la cabeza de los débiles, y el camino de los humildes tuercen;hijo y padre acuden a la misma moza, para profanar mi santo Nombre.

Amos 5, 10-14
Detestan al censor en la Puerta y aborrecen al que habla con sinceridad!
Pues bien, ya que vosotros pisoteáis al débil, y cobráis de él tributo de grano, casas de sillares habéis construido, pero no las habitaréis; viñas selectas habéis plantado, pero no beberéis su vino. ¡Pues yo sé que son muchas vuestras rebeldías y graves vuestros pecados, opresores del justo, que aceptáis soborno y atropelláis a los pobres en la Puerta!
Por eso el hombre sensato calla en esta hora, que es hora de infortunio.
Buscad el bien, no el mal, para que viváis, y que así sea con vosotros Yavé, tal como decís.
Aborreced el mal, amad el bien, implantad el juicio en la Puerta; quizá Yavé Sebaot tenga piedad del Resto de José.

Mi 2, 1-2
¡Ay de aquellos que meditan iniquidad, que traman maldad en sus lechos y al despuntar la mañana lo ejecutan, porque está en poder de sus manos!
Codician campos y los roban, casas, y las usurpan; hacen violencia al hombre y a su casa, al individuo y a su heredad.

Za 7, 9-10
Así dijo Yavé: Juicio fiel juzgad, y amor y compasión practicad cada cual con su hermano. No oprimáis a la viuda, al huérfano, al forastero, ni al pobre; y no maquinéis mal uno contra otro en vuestro corazón.


†Evangelio Según San Juan, 15:4-17

Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.
Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.
Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.

La Caridad es la gracia divina de amar por Dios, en Dios, como Jesucristo, amar a Dios y al projimo como Jesucristo amo.

1 Corintios 13, San Pablo:

Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.
Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;
no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.

La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.
Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.
Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.
Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.

Introducción al Cristianismo J. Ratzinger:

Sobre el juicio se alza, pues, la aurora de la esperanza; el juicio no es sólo día de ira, sino el retorno de nuestro Señor. Recordemos la extraordinaria visión de Cristo con la que comienza el Apocalipsis (1,9-19).

El vidente cae a sus pies como muerto, lleno de temor, pero el Señor puso su mano sobre él y dijo, como cuando calmó la tempestad en el lago de Genesaret, "no temas, soy yo" 1,17. El Señor todopoderoso es Jesús; el vidente fue en la fe su compañero de viaje. El artículo de fe en el juicio relaciona estas ideas con nuestro encuentro con el juez universal. Con bienaventurado asombro verá el creyente en aquel día de angustia, que el que "tiene poder sobre el cielo y la tierra" Mt 28,18, fue en la fe su compañero de viaje en su vida terrena, y que ahora, por las palabras del Símbolo, lo acaricia y le dice: No temas, soy yo...